La siembra de semillas de gramíneas en términos generales no debe ser muy profunda, lo
más a unos 2 cm de profundidad. Lo más importante para asegurar una buena germinación
y sobrevivencia de las plantas, a parte de la profundidad es realizar una buena compactación
con el objetivo de que la semilla esté en contacto con el suelo
Palabras clave: Siembra; profundidad
Fuente: Ing Marco Vinicio Lobo Di Palma, MBA.
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